Querido Hakuna Matata:
Debo admitir que últimamente ya no te he puesto en practica 😦 y cuando las cosas se complican mas y mas, es difícil hasta pronunciarte.
No les he contado sobre mi primer día de trabajo, pronto lo haré. Espero.
Tomo 3 buses para llegar al trabajo y esta mañana no fue la excepción. Inicia el mal día: a pesar de salir a tiempo, parecía que llegaría unos minutos tarde gracias a un gran trafico. Por eso, no me importo irme en un bus lleno con tal de llegar a tiempo (debo marcar hora de entrada) y por tan lleno que iba, no logré llegar a tiempo a la puerta de salida y el bus me dejó demasiado lejos de mi parada :-(!
Cuando llegué al trabajo, me di cuenta que el zipper de mi bolsón estaba abierto y tristemente mi celular no estaba.
¿Materialista, yo?
La noticia me puso bien triste, primero porque no lo compré yo. Luego me da una combinación de enojo y tristeza por saber que debo estar mas alerta de la gente que tengo cerca al viajar en bus o en las calles :-(. No es justo!
Ay,,, y entonces me siento mal al decir adiós: a mi alarma, mi reloj, la musica que me mantiene despierta a veces en el trabajo, a las cosas y momentos bonitos (mal) fotografiados que podría haber captado, a los lindos mensajitos de recuerdo y a contactos que tardaré en recuperar :’-(.
Aunque quizá se lee materialista, ya se me había hecho costumbre :-(. Fin.